Las plantas constituyen el 80 por ciento de nuestros alimentos, pero sufren la amenaza constante y creciente de plagas y enfermedades.

PROTEGER LAS PLANTAS, PROTEGER LA VIDA

Las plantas son la fuente del aire que respiramos y de la mayoría de los alimentos que comemos, sin embargo a menudo no pensamos en preservar su salud. Esto puede producir consecuencias devastadoras. La FAO estima que cada año hasta el 40% de los cultivos alimentarios se pierden por culpa de las plagas y enfermedades de las plantas. Esto deja a millones de personas sin alimentos suficientes y daña gravemente la agricultura, actividad que constituye la fuente de ingresos principal de las comunidades rurales pobres.

La sanidad vegetal se encuentra cada vez más amenazada. El cambio climático y las actividades humanas han alterado los ecosistemas, reduciendo la biodiversidad y creando nichos ecológicos nuevos donde las plagas pueden desarrollarse. Al mismo tiempo, el comercio y los viajes internacionales han triplicado su volume en la última década y pueden contribuir a la propagación rápida de plagas y enfermedades en todo el mundo, dañando considerablemente las plantas autóctonas y el medio ambiente.

La protección fitosanitaria contra plagas y enfermedades es mucho más rentable que la gestión de emergencias de sanidad vegetal a gran escala. Las plagas y enfermedades de las plantas son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo, y es además, costoso. La prevención es fundamental para evitar el efecto devastador de las plagas y enfermedades en la agricultura, los medios de vida y la seguridad alimentaria.

Proteger las plantas de plagas y enfermedades es mucho más rentable que hacer frente a las emergencias fitosanitarias a gran escala. Las plagas y enfermedades son a menudo imposibles de erradicar una vez que se han establecido, y su manejo requiere mucho tiempo y dinero.

La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) han presentado el Año Internacional de la Sanidad Vegetal (AISV) de las Naciones Unidas en 2020, cuyo objetivo es concienciar a nivel mundial sobre cómo la protección de la salud de las plantas puede ayudar a erradicar el hambre, reducir la pobreza, proteger el medio ambiente e impulsar el desarrollo económico.

Cada año, hasta un 40 por ciento de los cultivos alimentarios a nivel mundial se pierden a causa de plagas y enfermedades de las plantas. Esto provoca pérdidas anuales en el comercio agrícola de más de 220 000 millones de dólares ($USD), hace que millones de personas padezcan hambre y perjudica gravemente a la agricultura, principal fuente de ingresos de las comunidades rurales pobres.

Por ello, las políticas y las medidas de promoción de la sanidad vegetal son fundamentales para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).

«Las plantas suponen la base fundamental para la vida en la Tierra y son el pilar más importante de la nutrición humana. Pero contar con plantas sanas no es algo que podamos dar por supuesto«, aseguró el Director General de la FAO, Qu Dongyu, al presentar el Año en coincidencia con la reunión del Consejo de la Organización de la ONU.

«Al igual que en el caso de la sanidad humana o animal, más vale prevenir que curar en el ámbito fitosanitario«, subrayó el responsable de la FAO.

Qu instó también a actuar rápidamente, señalando que aún queda mucho por hacer para garantizar la sanidad vegetal.

¿Qué sucederá en el Año Internacional de Sanidad Vegetal?

  • La FAO y su Convención Internacional de Protección Fitosanitaria (CIPF) liderarán las actividades para que el AISV sea un éxito y para promover la sanidad vegetal más allá de 2020.
  • El Año hará hincapié en la prevención y la protección, y en la función que cada uno podemos desempeñar para garantizar y promover la sanidad vegetal.
  • Los objetivos clave del AISV son: crear conciencia sobre la importancia de las plantas sanas para lograr la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible; destacar el impacto de la sanidad vegetal en la seguridad alimentaria y las funciones ecosistémicas; y compartir las mejores prácticas sobre cómo mantener las plantas sanas al tiempo que se protege el medio ambiente.
  • Al prevenir la propagación y la introducción de plagas en nuevas zonas, los gobiernos, agricultores y otros actores de la cadena alimentaria -como el sector privado-, pueden ahorrar miles de millones de dólares y garantizar el acceso a alimentos de calidad.
  • Mantener las plantas o los productos vegetales libres de plagas y enfermedades ayuda además a facilitar el comercio y garantiza el acceso a los mercados, en especial para los países en desarrollo. Para ello, es importante reforzar la adhesión a los reglamentos y normas fitosanitarias armonizados a nivel internacional.
  • Al combatir las plagas y enfermedades, los agricultores deberían adoptar -y los responsables de las políticas fomentar- el uso de métodos respetuosos con el medio ambiente, como el manejo integrado de plagas, para ayudar a mantener las plantas sanas al tiempo que se protege el medio ambiente.

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