En Colombia, la punta de lanza de la agricultura de precisión la llevan los ingenios azucareros del Valle del Cauca y otros cultivos de gran extensión como la palma aceitera, en donde la tecnificación ha permitido ahorrar recursos, hacer eficiente la producción agrícola y generar progreso en el sector.

Pese a que Europa, EE. UU. y China caminan a pasos agigantados en esta materia, el país hizo sus primeros pinitos en 2016 con el boom de los vehículos no tripulados, o drones, y equipos de última tecnología como sensores y cámaras especiales aplicados a la agricultura. Se trata de una revolución digital en el campo, en la que convergen diversas áreas del conocimiento para hacer procesos productivos más rentables y amigables con el ambiente.

Otros usos de la agricultura de precisión incluyen medir la biomasa, o masa biológica de los cultivos, para conocer la cantidad de materia viva producida por plantas, animales, hongos o bacterias, y hacer aspersión optimizada de fungicidas, fertilizantes y nutrientes.

Sin embargo, esta ola de tecnificación no es exclusiva para las grandes industrias, pues a través de la tercerización del servicio, los medianos y pequeños productores también pueden acceder a estas tecnologías; tanto, que en el Valle del Cauca la mayoría de los productores subcontratan el servicio, mientras que los más grandes cuentan con sistemas y equipos de gran capacidad.

El antes y el después de la agricultura de precisión en cultivos de caña de azúcar

Con una bomba de espalda, como las que utilizan los trabajadores en algunos cultivos –entre ellos los de caña de azúcar–, se usan 200 litros de agua por hectárea en una siembra bajita; en promedio, una persona puede hacer 10 aplicaciones con un esfuerzo físico de entre 6 y 8 horas, ya que cada bomba puede contener solo 20 litros. En contraste, con un dron esta actividad se puede reducir a 1 hectárea en 5 minutos usando 3 litros de agua.

Dron para aplicación marca DJI modelo Agraz MG-1P de la UNAL Sede Palmira

El profesor Carlos Germán Muñoz Perea, del Departamento de Ciencias Agrícolas de la Universidad Nacional de Colombia (UNAL) Sede Palmira, considera que “antes de la revolución digital en grandes cultivos, la supervisión, evaluación y toma de muestras demandaba mucho tiempo: antiguamente tocaba trabajar con una pequeña muestra que se tomaba a pie porque era imposible mirar el campo a gran escala, ahora con el uso de drones no solo se supervisa y evalúa el comportamiento de las plantas, sino que también se pueden diagnosticar plagas y enfermedades. Estamos en una transición en la que los drones irán reemplazando a los aviones que hacen la aspersión”.

Explica además que “con la agricultura de precisión se reducen los costos de producción, pues antes se aplicaba la misma cantidad de fertilizante para todo el lote, mientras ahora, con el uso de dispositivos tecnológicos, se pueden reconocer las diferencias de fertilidad en suelos y aplicar el producto según las necesidades, lo que optimiza y ahorra el consumo de agroquímicos en estos cultivos”.

Por su parte, el profesor Enrique Torres Prieto señala que “con el libre mercado los países y las industrias están obligadas a tecnificar. La agricultura digital se debe dar en tres ejes: 1) debe ser productiva en términos de rentabilidad, 2) está llamada a ser amigable con el ambiente y 3) se deben garantizar políticas ambientales que sean pensadas en la sociedad”.

“Con la tecnificación de los cultivos de caña de azúcar el trabajador ya no tendría que cortar caña como lo viene haciendo, sino que su oficio trascendería al manejo de las cosechadoras; también se podrían evitar las quemas de caña utilizando tecnología amigable con el ambiente, lo que redundará en el mejoramiento de la cadena de valor y la calidad de vida de los trabajadores del cultivo”.

Tomado de: Agencia de Noticias UNAL agenciadenoticias.unal.edu.co

Fotos: DJI-Agras – Dron para aplicación marca DJI modelo Agraz y Unimedios Palmira.