Anderson Páez, Ingeniero Agrónomo Universidad Nacional de Colombia y coordinador técnico del Centro de Innovación de la Floricultura Colombiana (Ceniflores), en las siguientes páginas, analiza cuáles son las principales plagas que afectan a algunos de los cultivos de mayor importancia económica en Colombia como rosas, hortensias y crisantemos y cuáles son los métodos de control que deben usarse para hacerles frente, donde el manejo integrado está resultando efectivo en algunos casos.

  1. TRIPS, LA PRINCIPAL PLAGA EN LOS CULTIVOS DE ROSAS

Los trips de las especies Frankliniella occidentalis y Frankliniella panamensis, son la principal plaga que afecta los cultivos de rosas. Los trips son insectos tisanópteros pequeños y con alta capacidad reproductiva que afectan un amplio rango de especies vegetales a lo largo del mundo.

Anderson Páez destaca que los trips de estas especies pasan por seis estadios de desarrollo: huevo, instares larvarios primero y segundo, prepupa, pupa y adulto.  “Los trips del género Frankliniella tienen un ciclo de vida que se caracteriza por la siguiente particularidad: los adultos y las larvas se encuentran usualmente en las hojas y los botones florales, allí las hembras depositan los huevos insertos en el tejido. Mientras que, los estados pupales de los trips se encuentran en un alto porcentaje en los suelos o en los sustratos”, explica.

Factores que permiten un mayor desarrollo de la plaga: La temperatura es uno de los factores determinantes que hace que los trips se desarrollen rápidamente. Las temperaturas que van entre los 15°C y los 35°C hacen que el ciclo de vida de estos insectos sea más rápido conforme haya aumento en grados centígrados. “Por ejemplo: Si hay trips a temperaturas mayores a 25°C y con el recurso de alimento a su disposición, sus días totales entre cambio de instar tienden a ser menos que si estuvieran a menor temperatura, es decir, que, a mayor temperatura, mayor acumulación de grados – día; De allí que los huevos eclosionan más rápido, por tanto, pasan de larva a adulto y completan su desarrollo en menos días”, explica Páez.

El experto además indica que otro de los factores que permiten un mayor desarrollo de la plaga en los sistemas de cultivo es la velocidad del viento, pues favorece su movilidad y dispersión hacia los invernaderos. “Los trips son insectos polífagos que se alimentan de muchas especies vegetales y pueden estar fuera de los invernaderos para luego ingresar a ellos gracias a las corrientes de viento”, precisa.

Daños de los trips se dan a nivel estético de la flor: Los principales daños que causan los trips en los cultivos de rosas se dan a nivel estético ya que dañan los tejidos. Los trips atacan principalmente la cabeza floral y los pétalos de las rosas. Generan lesiones tisulares o, dicho de otra manera, a nivel de tejidos vegetales por daños en los conjuntos de células. Para detectar su presencia, muchos floricultores optan por sacudir las plantas y además usan trampas para atraerlos.

“A nivel de la planta, cuando se toman las flores se pueden notar lesiones pequeñas, generalmente asociadas en los tejidos de los pétalos y órgano floral, se presentan rayas pequeñas de color blancuzco o ligeras deformaciones en pétalos según la variedad de las rosas, y en algún momento puede haber lesiones en puntos de crecimiento de la flor o tallos rojizos productivos que recién están cambiando su pigmentación a verde con unas pequeñas clorosis que pueden llegar a ser confundidas con eventos de fitotoxicidad en foliolos u hojas pero que realmente corresponden a trips en ataques severos”, explica Páez.

Alternativas de control de trips: Páez señala que desde siempre se ha hecho uso del control químico como una herramienta básica para el control de trips. Sin embargo, destaca que con el tiempo se han venido limitando las herramientas y se ha restringido el uso de algunas moléculas, tales como algunos neonicotinoides o piretroides. “Actualmente se viene incursionando en el uso de extractos vegetales en combinación con activos de síntesis química o su uso de manera individual en un esquema de manejo integrado, también se viene trabajando en control biológico, en este caso con hongos entomopatógenos y con ácaros depredadores como potenciales agentes”, agrega el experto.

La innovación será clave para generar esquemas sostenibles de manejo

El manejo integrado de plagas comprende un sin número de acciones de todo tipo en los cultivos de especies ornamentales. La combinación, experimentación e innovación con las herramientas disponibles y las nuevas, generarán esquemas técnicamente sostenibles que permitan continuar cumpliendo con las exigencias del mercado internacional y seguir abriendo puertas en otros países destino conservando un estatus fitosanitario nacional y asegurando el flujo de exportación de las flores de corte de nuestro país.

Adicionalmente, se hace un adecuado seguimiento y monitoreo en cultivo para generar estrategias de control conjuntas, es decir, se está haciendo el uso de control físico y control etológico, usando semioquímicos como kairomonas. Páez dice que estas estrategias combinadas pueden generar una mayor eficacia sobre el control de la plaga.

“Una de las consideraciones del control químico es que se pueden realizar aplicaciones por lo menos una vez a la semana, las cuales deben ser con equipos y boquillas especiales para que los productos en aspersión lleguen a las partes florales donde se ocultan los trips.  Se deben tener en cuenta factores como la formulación del producto, el tamaño de gota, la presión de aplicación y condiciones generales de aplicaciones fitosanitarias como la temperatura y humedad relativa. Usualmente estas aplicaciones están dirigidas al tercio medio – alto, en donde se encuentren la mayoría de los botones florales o partes afectadas por los insectos, esto es similar a una “ducha”; Se debe garantizar un volumen de agua indicado por él Ingeniero agrónomo acorde a la variedad, estado fenológico, calibración del equipo, entre otros aspectos.”, dijo el coordinador técnico de Ceniflores.

Por otro lado, en cuanto al control biológico, Páez precisa que se usan los hongos entomopatógenos con técnicas de aplicación muy similares, dirigidos al botón de la rosa, pero con la salvedad de que existen condiciones especiales porque se está hablando de organismos vivos. “En el caso de hongos como Beauveria bassiana se deben tener en cuenta condiciones especiales para procurar que haya contacto entre las conidias y el insecto, pues estas eventualmente germinarán y causarán su muerte. Los entomopatógenos son organismos vivos, que requieren de condiciones de temperatura y humedad para generar esta interacción biológica”, explica. No se recomienda, por ejemplo, mezclar activos fungicidas o cualquier otro agente incompatible con los hongos que pueda inhibir la germinación o reducir la viabilidad de las conidias.

Por otro lado, resalta que hay tratamientos dirigidos en aspersión foliar que incluyen formulaciones con hongos entomopatógenos, no obstante, también pueden ser dirigidos al suelo para el control de estados pupales. Ello dependerá, en gran medida, de la especie del hongo y por supuesto de un factor muy importante y es la cepa. Para este caso se debe tener en cuenta la técnica de aspersión más adecuada que garantice la concentración conidial recomendada por el fabricante acorde a lo que se reporte como eficaz para el control de los trips en sus diferentes estados de desarrollo.

Además, algo que va a ser tendencia nacional y viene siendo tendencia mundial para el control de trips es el uso de otros organismos como depredadores, “en este caso, se opta por usar ácaros que se liberan de manera inundativa y preventiva para que consuman los adultos y las larvas de los trips”, resalta Páez quien además dijo que otros insectos y ácaros son controladores naturales de trips.

En cuanto al control preventivo, usualmente, en el suelo, se aplican entomopatógenos como Metarhizium, los cuales afectan a los estados pupales presente allí.  En cuanto a los activos biológicos de tipo entomopatógenos se usan cepas de Metarhizium anisopliaeBeauvieria bassiana y otros mix de microorganismos que tienen Isaria fumosorosea. “Se pueden tomar acciones preventivas contra los trips, como lo son el uso de barreras vivas, barreras físicas, selección del material vegetal, eliminación de arvenses y algo muy importante y es el manejo de sustrato o suelo. Se pueden realizar tratamientos con altas temperaturas al material compostado y al sustrato buscando eliminar organismos plaga, esto abre una puerta interesante y es no descuidar el medio, de manera que el uso de hongos entomopatógenos u otros controladores biológicos como ácaros o nematodos pueden ser una tendencia interesante en aspectos de manejo integrado”, explica el Coordinador Técnico de Ceniflores.

Finalmente, el experto remarca que también se puede hacer uso de extractos vegetales como los de ajo y ají o los de Neem para controlar estas plagas y resalta que estos tienen alta eficacia si se usan solos o si se mezclan con activos químicos. “Los extractos vegetales repelentes de familia de solanáceas tienen un efecto muy interesante al mezclarse con activos químicos como piretroides o insecticidas de contacto con efectos por superficie tratada. Sin embargo, hay otros terpenoides y limonoides metabolitos secundarios de otras plantas como la Azaridactina que tienen propiedades insecticidas sobre trips”, puntualiza.

  1. ÁCAROS PLAGA EN LOS CULTIVOS DE HORTENSIAS

Ácaros Tetranychus (Nuñez 2013).

En los cultivos de hortensias, una de las plagas más importantes son los ácaros de la familia Tetranychidae o la conocida arañita de dos manchas. Cuando una hortensia sufre el ataque de este artrópodo, las hojas presentan manchas de color amarillo o marrón claro producto de la clorosis expresada por las lesiones a nivel celular por cuenta de estos ácaros. Las especies de esta familia producen telares en altas incidencias como estructuras de protección ante condiciones adversas y en algunos casos hasta de dispersión.  Además de lo anterior, puede haber ‘entorchamiento’, en ataques severos de la plaga pues las hojas se doblan sobre los extremos hacia el interior, pierden turgencia y puede llegar a haber necrosis y abscisión foliar.

“Los ácaros tetraníquidos, a diferencia de los insectos, tienen ocho patas en estado adulto y tienen un ciclo de desarrollo muy completo que va desde huevo, estados larvales, ninfales y adulto. Al igual que los trips son artrópodos que a mayor temperatura más rápido es su ciclo. Además, los ácaros tienen una particularidad y es que todo su ciclo de desarrollo se da la arquitectura foliar de la planta”, explicó Páez.

Por otro lado, al igual que en otro tipo de plagas, la temperatura alta favorece en gran medida la reproducción de estos ácaros. Son artrópodos que son polífagos, es decir que pueden estar en cualesquier hospedero alterno que no necesariamente sea la hortensia.

“Los daños que causan los ácaros Tetranychus sp. se dan principalmente en las hojas, estos ácaros usan su aparato bucal con estiletes para hacer minúsculas punteaduras absorbiendo el contenido celular, por lo tanto, el ataque puede verse claramente en las hojas como una clorosis y estos patrones a nivel foliar son muy marcados. Si se usa una lupa de aumento adecuado, pueden apreciarse signos de lesiones muy pequeñas y en incidencias muy altas es evidente la presencia de telares o ‘telas de araña de los ácaros’ que dañan la estética del follaje y representan un menor rendimiento en producción”, indica Páez.

Métodos de control: En hortensias, según el experto se viene trabajando con activos acaricidas de síntesis química, sin embargo, no descarta el control biológico, en este caso, con ácaros depredadores de la especie Phytoseiulus persimilis.

Telares generados por ácaros (Entocare).

“Cuando usamos ácaros depredadores y control químico a la vez, eso nos obliga a usar acaricidas de síntesis química que sean compatibles y selectivos, es decir que controlen al ácaro plaga pero que permitan la sobrevivencia del acaro benéfico dado el mecanismo de acción de la molécula o su interacción biológica tanto con el organismo plaga como con el depredador”, explica el especialista.

De otro lado, hay extractos vegetales que también se usan para controlar esta plaga en las hortensias como es el caso de los extractos del género Sophora, los extractos de ajo y ají. Además, el experto dijo que algo muy importante que está cobrando fuerza es el uso de emulsiones o jabones agrícolas que con el debido manejo pueden ser una herramienta clave. “El uso de agentes como emulsiones o jabones para el lavado del follaje son herramientas muy interesantes para el control de ácaros en otras especies ornamentales, sin embargo, esto tiene muchas implicaciones para el caso de hortensias, pues se deben tener en cuenta que algunas variedades en ciertas condiciones de temperatura y humedad ambiental pueden ser susceptibles a eventos de fitotoxicidad o incluso manchados que son un claro detrimento de la calidad”, apunta Páez. En algunos casos puede usarse el lavado a presión, pero esto puede también traer problemas sanitarios de otra índole si se suman las condiciones adecuadas, como lo puede ser la aparición de enfermedades por agentes fúngicos. Asimismo, un lavado a presión puede llegar a generar ruptura mecánica de hojas e inflorescencias.

En cuanto a los equipos de aplicación de estas formulaciones para el control de ácaros, generalmente, deben ser de aspersión con alta presión y además deben usar aguilones o lanzas con discos que generen una aplicación más uniforme en el follaje, que garanticen tamaño de gota adecuado y que cubran el área foliar a totalidad.

  1. MINADORES, LA PLAGA QUE CAUSA AFECTACIONES EN LOS CRISANTEMOS

El mayor problema de plagas que se presenta en los cultivos de crisantemos son los minadores de la familia Agromyzidae, particularmente especies del género Liriomyza. Los minadores son moscas muy pequeñas que tienen un ciclo de metamorfosis completa u holometábola, pasan por los estados de desarrollo de huevo, larva, pupa y adulto. En este caso, las larvas son las que se encargan de hacer las minas y constituyen el daño directo a los cultivos de crisantemo.

El experto explica que la hembra genera una punteadura e inserta un huevo dentro de las hojas del crisantemo. “Este huevo eclosiona y emerge una pequeña larva que está dentro del mesófilo de la hoja y empieza a consumirla generando las llamadas minas, lo que hace que se vea el recorrido de la larva a medida que va comiendo y va creciendo”.

Minador en estado adulto (Rebek y Schnelle 2013).

Ademáslas hembras no solo generan daños al poner huevos, ya que con su aparato ovipositor generan punteaduras para que los adultos machos y ellas mismas se alimenten. Esto es un daño estético en las hojas, además de que puede ser un causal de problemas derivados de otra índole fitosanitaria y la misma expresión de síntomas como clorosis localizada.

Páez sostiene que cuando se usan suelos para plantar cultivos de crisantemo y estos no han sido correctamente tratados o desinfectados, se puede tener la presencia de pupas. Por ello, es fundamental saber manejar el sustrato y el material vegetal.

Métodos de control: El experto de Ceniflores explica que hoy en día, y para el control químico, se están usando insecticidas que puedan moverse en el mesófilo de la hoja y por tanto eliminar la larva. “Muchos insecticidas tienen algo de efecto translaminar local a nivel de tejido foliar, o efecto sistémico generalizado. Lo importante en este tipo de controles es garantizar que haya un cubrimiento foliar para el control de estados larvales. Algunos insecticidas tienen efectos derivados letales y subletales, pero los adultos son bastante móviles en ciertos momentos del día lo cuál dificulta su control”, cuenta.

Además, el experto dice que, “en ciertos momentos de cultivo se puede considerar la eliminación manual de hojas con minas, sin embargo, se deben tener en cuenta aspectos como la fenología de la planta, así como los momentos clave en su crecimiento y desarrollo, en aras de no perjudicar de manera transversal la productividad”.

Entre tanto, para darle manejo a los minadores adultos se hace uso de trampas de color amarillo y además se usan aspiradoras para atrapar las moscas. “Se pueden usar aspiradoras mecánicas para la captura masiva de adultos, si se van a usar sopladoras con el objetivo de llevarlas a las trampas, se recomienda que no se haga en una incidencia baja. Se puede estar propiciando un factor de dispersión en una plaga que es bastante móvil. Algunas aplicaciones fitosanitarias pueden contemplar el uso de termonebulizadoras, para el control ambiental de la plaga. En cuanto, al control de las pupas que están en el suelo o en los sustratos, se pueden hacer aplicaciones de controladores como nematodos entomopatógenos específicos para especies de minadores y en general cualquier otro agente de control biológico”, explica.

El control físico con el uso de sopletes o de factores de aumento de temperatura para el control de estados pupales aún es una herramienta confiable para el control de estos insectos. Sin embargo, se recomienda que estas prácticas se hagan acorde a las buenas prácticas agrícolas y los sellos verdes implementados.

En cuanto al control biológico, hay dos insectos que son interesantes como controladores naturales para el sistema del crisantemo. Las moscas tigre del género Coenosia como depredadores y la especie Diglyphus isaea como parasitoide de estados larvales. “Contar de manera natural con un depredador como moscas tigre del género Coenosia o ectoparásitos de larvas como el himenóptero Diglyphus isaea son un claro mensaje de hacía donde se encamina un manejo integrado de plagas sostenible”, agregó el experto.

Fuente: © Redagrícola Colombia

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